…una pintora capaz de plasmar los sueños del hombre y la magia de la vida.
Acompañarla en su búsqueda plástica y ser testigo de su proceso creativo, me permitió reflexionar sobre los orígenes del pintor… “Somos lo que elegimos” y Melina niña, con sus vivencias, su mirada amplia y sensible desde temprana edad, lo demuestra relacionando todo con todo; asociando el Objeto al Ser: las retamas con su madre (“De regreso”), la ópera con su tío Salvador (“Telón de estrellas”), el cuento con su maestra (“Partiendo con Andersen”)… y allí comienza el camino que hoy nos permite disfrutar de sus pinturas y de su espíritu.
Desde sus inicios conecta en la misma obra mundos diferentes: describiendo columnas transitadas por cielos y cielos quebrados por cúpulas transparentes.
El comienzo de la serie “La inocencia” queda documentada en un “ladrillo” como aporte a “Huellas al 2000” (proyecto del Grupo Aloha) que dio lugar a las pinturas de los “Soldaditos de plomo” y los “Barquitos de papel”. Luego surge, con su participación en la muestra “Tiempo sin tiempo”, “Melodía Campestre”, la primera obra de esta serie “Recuerdos pisados 1 x 1”. Esta serie es encarada como un juego de palabras y de imágenes haciendo referencia al tamaño de la tela y a esas huellas de los piecitos del niño desnudo, llevando al espectador a su primera niñez, donde todo es inocencia y los objetos se agigantan por la altura de la mirada. Renace en ella la emoción por el mundo perdido y atesorado. “El pintor es el que conserva la mirada inocente del niño” y Melina, con su obra, lo afirma.
Esta vez, sus pinturas, encierran una estructura que las aúna. El cuadro se ve interrumpido por líneas verticales y horizontales para expresar dos tiempos diferentes: el recuerdo captado en el presente y aquel universo del pasado simbolizado en esas pisadas minúsculas, agregándole a su composición un lenguaje claro y maduro que nos habla de esta nueva realidad llamada “obra” que se proyectará hacia el futuro.
A veces las formas se acentúan (“Las simples cosas”, “Cobre secando al sol”, ”Retazo de juego”). Otras, el color y los ritmos ganan la tela generando superficies dinámicas (“Cristales pisados”, “Melodía campestre”, “Molino al viento”). Y por último, recurre a una tendencia más abstracta (“Brazos abiertos”) para aproximarnos a la Luz… a la Energía Suprema.
“Recuerdos pisados 1 x 1”, oculta seguramente algo no encotrado por el espectador ni por la artista.
Queda en Melina y en su poética pictórica, guiarnos hacia esa nueva posibilidad.
Iris Nó
Artista plástica
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